Del arrepentimiento y el perdón.

Perdón y arrepentimiento son dos cosas bien distintas, pedir perdón es una relación social, un convencionalismo, como el que se tropieza con alguien y le dice 'perdone' y perdonar tampoco es un acto necesariamente noble, pensad en eso de 'Perdónalos porque no saben lo que hacen' de la Biblia, creo que es el mayor desprecio al individuo que se pueda hacer.

'El arrepentimiento no es virtud porque no sale de la razón, el hombre que se arrepiente es doblemente miserable' eso según Spinoza, porque el arrepentimiento, en cierto sentido, es una negación de la libertad, es un no considerar míos mis actos, en realidad, sólo hay un arrepentimiento coherente y es el suicidio, todo lo demás es rascarse ese ligero cosquilleo psicológico que sentimos a veces. 

Para Derrida el perdón no existe, es un concepto falaz, pues cuando alguien se arrepiente ya no es la misma persona que cometió el acto que nos provocó agravio o agresión, y no podemos perdonar a alguien distinto, lo único coherente en cualquier caso es olvidar.

Derrida afirmaba que "lo relevante de la mentira no es el contenido de la misma, sino la intencionalidad del que miente", Derrida se sacó de la manga como un mago saca un conejo de su chistera el término deconstrucción, y a partir de ahí se montó toda una filosofía aún no superada hoy 20 años después de su muerte, basada en la idea de que cualquier idea, palabra o concepto deben analizarse en su profundidad o fase primigenia, atendiendo no solo a su significado sino a su significante, la deconstrucción no busca "sentidos" sino huellas e ideas, retomando las ideas básicas de la psicología de Freud que investigó las diferencias y contradicciones del alma humana.

Deconstruir para construir, dejar el cuerpo y el alma en los cimientos para volver a construirse.

Las mentiras no se detectan, se intuyen cuando descubrimos su finalidad y es entonces cuando duelen y cuando el arrepentimiento y el perdon no tienen cabida, lo único posible es, entonces, olvidar.