Hermes Trismegisto, la tradición hermética y su conexión con la alquimia

Hermético, ca

Del lat. mediev. hermeticus "de Hermes Trimegisto", "de las ciencias ocultas". v este der. del lat. tardío Hermes !Trimegisto¡ nombre griego del Dios egipcio Toth, a quien se le atribuyeron conocimietnos esotéricos y de alquimia. 

1. adj. Que se cierra de tal modo que no deja pasar el aire u otros fluidos.
2. adj. Impenetrable, cerrado, aun tratándose de algo inmaterial.
3. adj. Dicho de una corriente filosófico-religiosa: Seguidora de los escritos atribuidos a Hermes Trimegisto.

El hermetismo como tradición filosófico-religiosa florece en la antigüedad tardía a partir de la expansión de obras atribuidas directamente a la revelación de Hermes Trismegistos (el "tres veces más grande"),  ρμῆς ὁ Τρισμέγιστος, la denominación griega del antiguo dios egipcio Toth, en latín es Mercurius ter Maximus. Se trata pues de pseudo epigrafía o «falsa atribución» consiste en adjudicar o firmar un documento con el nombre de alguien famoso, este fue un recurso «propagandístico» muy usual en los primeros tiempos de los textos escritos, esto propiciaba una mayor difusión. 

Algunos de los principios de la doctrina hermética son:
  • El pensamiento simbólico 
  • El hombre como símbolo emblemático del mundo y su relación entre el microcosmos y el macrocosmos
  • El anima mundi  
    "Por tanto, es de resaltar que: este mundo es, de hecho, un ser viviente dotado con alma e inteligencia [...] una entidad única y tangible que contiene, a su vez, a todos los seres vivientes del universo, los cuales por naturaleza propia están todos interconectados. Platón, Timeo 29, 30
  • La teoría de las correspondencias entre niveles 
  • La complementariedad de los contrarios (Alquimia)


El Corpus Hermeticum y el tratado Asclepio son las dos grandes obras que se conservan del hermetismo antiguo, así como con una doctrina esotérica y teúrgica de fundamento claramente platónico que se revela en textos con retórica iniciática y de misterio sofista. La literatura hermética antigua plantea una serie de problemas aún muy discutidos, como su origen egipcio o griego; tanto en unidad formal e ideológica así como con su relación con otros movimientos filosóficos; no sabemos si  existió una correspondencia entre el ritual imaginado y las prácticas reales.

Sin embargo, el interés de la tradición hermética no se agota en la literatura tardo antigua conservada, sino en las diferentes formas en que ha sido percibido durante siglos por lectores de muy diferentes orientaciones: los apologistas cristianos y los filósofos paganos tardo antiguos; la ciencia árabe, el neoplatonismo renacentista y los diversos movimientos ocultistas modernos. El hermetismo ha sido motor de inspiración para pensadores muy notables y de muy diversa índole a lo largo de los siglos, desde Lactancio a Marsilio Ficino, y desde San Agustín a Isaac Newton. Las maneras en que esta recepción de ha producido en cada caso también son objeto de investigación de los historiadores de la ciencia y la religión hoy en día.

Lo que más nos interesa aquí es el estudio de la tradición hermética vista desde el mundo renacentista donde, evidentemente, el hombre y su estudio y el individualismo se convirtieron en el centro de estudio de mentes como Piccolo de Mirandola o el mismo Giordano Bruno (el cual le costó arder en el Campo de Fiori en 1600), curiosamente el sobrino de Piccolo, Giovanni Francesco resultó ser enemigo de la magia y el paganismo, este despreciaba la prisca teologia en su opinión solo era una mera idolatría pagana, doctrinas llenas de vanidad, los filósofos renacentistas solían caer en dicha idolatría. y sin embargo, la influencia de Giordano en el neoplatonismo y el pensamiento hermético hizo que ya en el siglo XX, la historiadora Frances Yates, pusiese en valor su filosofía en la revolución científica. Bruno admiraba la cultura ancestral egipcia así como el paganismo greco romano, ardió en la hoguera y ahí quedó como héroe trágico, emblema de la libertad de pensamiento. La concepción de mundo helio centrista de Copérnico los avances en la astronomía, al final el influjo hermético no solo se suscribió a las ciudades italianas, avanza como una tela de araña por toda Europa. John Dee fue uno de los grandes sabios del Renacimiento, uno de los pocos capaz de conjugar el pensamiento mágico con el saber científico *Para Dee todo es ciencia, todo es importante, y ese misterioso mundo de la magia y la ciencia en la que se mueve es el mundo del Renacimiento isabelino

Para Bruno el dogma de la Trinidad formulado por la Iglesia chocaba con obstáculos insalvables. No parecía coherente identificar a cada figura de la Trinidad como personas separadas entre sí, sino como potencias que implicaban procesos sucesivos y a la vez simultáneos de la manifestación de una misma potencia, la del Padre. Bruno hizo así suyo aquel credo que expresara Virgilio en el libro sexto de La Eneida: desde el principio del mundo, un mismo espíritu interior anima el cielo y la tierra y las líquidas llanuras, el Sol y las estrellas… Ese espíritu mueve la materia y se mezcla al gran conjunto de las cosas. Si recordamos que Bruno tomó contacto con ideas herméticas, nos vamos a encontrar aquí la formulación de la primera ley hermética.

Bruno nos puede parecer bastante espesito y tal vez lo sea, pero postula ideas novedosas en ese renacimiento profundamente religioso y, a la vez novedoso, el dogma de la trinidad chocaba con la iglesia, otro tema insalvable era el de la trans subsanación de las almas, en su universo infinito las formas son infinitas, pero la sustancia es única y no debe perderse, el alma se eleva adoptando formas para desarrollarse y evolucionar, algo que hoy nos puede parecer evidente, pero herético para aquellos años. Giordano Bruno fue un avanzado a su tiempo en filosofía, por eso ardió en la hoguera, y nos dejó perlas como esta "Prefiero mil veces mi muerte a vuestra suerte;... no es una muerte ¡no! Morir así es la vida; vuestro vivir, la muerte. por eso habrá quien triunfe, y no es Roma ¡Soy Yo!

Podemos concluir que el hermetismo es una filosofía cuyo último conocimiento es Dios y para ello usa el ritual teúrgico, no solo por medio de los razonamientos e intuiciones que usan el resto de filosofías, sino que lo hace también a través de la magia, con la finalidad del conocimiento y dominación de las fuerzas cósmica, magia entendida como poder derivado del noûs en la que el filósofo alcanza la "iluminación" a través de la naturaleza divina. La alquimia finalmente es la parte práctica de este poder "mágico" capaz de insuflar aliento vital a estatuas así como crear imágenes divinas, "el mago es capaz de modelar a sus dioses a su semejanza, construyendo estatuas capaces de conocer el porvenir, generar sueños adivinatorios, crear y curar enfermedades e influir sobre el estado de ánimo, de acuerdo con nuestra propia naturaleza y méritos" (Asc. 23-24-27).

Es el acercamiento del hombre a Dios, imitándolo en su faceta creadora.

Bibliografía recomendada
  • Copenhaver, B. P. (ed.), Corpus Hermeticum y Asclepio, Siruela: Madrid, 2000.
  • Ebeling, F., The Secret History of Hermes Trismegistos, Cornell University Press: Ithaca, 2007.
  • Fowden, G., The Egyptian Hermes: A Historical Approach to the Late Pagan Mind, Princeton University Press: Princeton, NJ, 1986.
  • García Bazán, F., La religión hermética: formación e historia de un culto de misterios egipcios, Lumen: Madrid, 2009.
  • Westman, R. S. y McGuire, J. E. (eds.), Hermeticism and the Scientific Revolution, UCLA Press: Los Ángeles, 1977.
  • FAY ATE, Teatro del Mundo. Londres: Routlege 1987
  • RT Urner, Magia Isabelina, El arte y el mago, Logmead : Element Books 1989

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